LA GENTE INVISIBLE

LA GENTE INVISIBLE
HABITANTES DE CALLE

Cuando caminamos las calles de nuestra ciudad no podemos ignorar la cantidad de estímulos que se presenta ante nuestros ojos, la selva de asfalto con sus criaturas y ruidos particulares de una urbe que crece sin remedio. Y es preciso ahí, en las vitrinas de la tristeza en la que tropezamos con un semí cadáver que impide el paso de los transeúntes, que como atletas recorridos brincan una valla, y dejan atrás a aquel innombrable e invisible ser, que absorto en su clímax químico toco el extremo del bochorno y de la perdida de la dignidad en el frío asfalto sucio hábitat de los pies.
Creemos que estos seres humanos hacen parte del ornamento del paisaje de la ciudad, como lo puede ser un semáforo, una caneca de basura o una lámpara; y como nos acostumbramos a verlos por montones ya ni nos percatamos de su existencia y los condenamos a la invisibilidad. No es un truco de magia, aunque el mismo haudini y el coloquial mago Lorgia envidiarían.
Y si por casualidad tropezamos con ellos y es inevitable mirarlos, la repulsa y el asco emergen del infierno de nuestras almas y el desprecio escapa por los ojos y en laleos y susurros de desaprobación y burla por que creemos que son la basura que desperdicio la oportunidad de vivir adaptadamente y nos causa rabia.
Los habitantes de la calle se presentan ante nuestros ojos con toda la crudeza de un modo de vida que nos recuerda la fragilidad de la condición humana expresada en enfermedad, la falta de aseo, la soledad, la locura a veces, la falta de auto cuidado físico y emocional, la agresión, la ausencia de recursos económicos que les garanticen, por ejemplo una vivienda, un trabajo estable, etc. Pero a la vez también nos muestra la fuerza de la resistencia ante las inclemencias de las condiciones de supervivencia, nos recuerda lo más instintivo de un cuerpo y de las emociones que no se enmascaran tras la cultura y se muestran sin medicaciones.

Los habitantes de la calle se presentan también como una población que asume su vida en el espacio público de la ciudad, un espacio que constituye la imagen de la incertidumbre, la ambivalencia, pero también de lo infinito, el lugar de las escapatorias, las deserciones y las posibilidades de emancipación.

El Común denominador de los habitantes de calle es que viven en condición de extrema pobreza o cual se traduce en exclusión o vulnerabilidad, entendida ésta ultima como una condición de indefensión, riesgo o dificultad que inhabilita e invalida, de manera inmediata a en el futuro, a los grupos o personas afectadas, para la satisfacción autónoma de su bienestar en contextos socio- culturales determinados.

WALTER AGUDELO OLARTE